LA CASA DE BERNARDA ALBA, de Federico GarcÃa Lorca
Una madre, cinco hijas, y un volcán en cada pecho. Seis mujeres empeñadas en hilar todas las tramas del miedo, palpando el tiempo que se va, desmenuzándolo para comprobar sus efectos en los cuerpos y en las cosas.
Vigilia y miedo. Aquà no se corre, no se grita, no se canta, no se ama…Y mientras tanto, la vida, empeñada en pasearse cada mañana por delante de la casa.
Miedo y vigilia. Vigilia y miedo. Eslabón tras eslabón…. Cinco cadenas…. Cinco mordazas…
Y mientras tanto, la vida, que se ofrece y salpica sin remedio a todas ellas, arrastrándolas con un impulso irresistible hacia una trágica explosión, cuya magnitud las situará, sin escape posible, delante de la verdad de la que huÃan.
Y el secano; el olivar, los almendros, la siega; y los cielos, inverosÃmiles, bÃblicos, como antorchas que abrasan y se extinguen tras los montes pelados.
Y el calor. Pegajoso, pertinaz, pestilente, provocativoÂ…
La Casa de Bernarda Alba, espectáculo que desnuda el alma, como un cuchillo.
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Una madre, cinco hijas, y un volcán en cada pecho. Seis mujeres empeñadas en hilar todas las tramas del miedo, palpando el tiempo que se va, desmenuzándolo para comprobar sus efectos en los cuerpos y en las cosas.
Vigilia y miedo. Aquà no se corre, no se grita, no se canta, no se ama…Y mientras tanto, la vida, empeñada en pasearse cada mañana por delante de la casa.
Miedo y vigilia. Vigilia y miedo. Eslabón tras eslabón…. Cinco cadenas…. Cinco mordazas…
Y mientras tanto, la vida, que se ofrece y salpica sin remedio a todas ellas, arrastrándolas con un impulso irresistible hacia una trágica explosión, cuya magnitud las situará, sin escape posible, delante de la verdad de la que huÃan.
Y el secano; el olivar, los almendros, la siega; y los cielos, inverosÃmiles, bÃblicos, como antorchas que abrasan y se extinguen tras los montes pelados.
Y el calor. Pegajoso, pertinaz, pestilente, provocativoÂ…
La Casa de Bernarda Alba, espectáculo que desnuda el alma, como un cuchillo.